jueves, 30 de octubre de 2008

Los programas que abordan la salud reproductiva de las
adolescentes y la prevención del VIH se han concentrado
principalmente en las jóvenes solteras. Sin embargo, la
mayor parte de la actividad sexual reciente sin protección
entre las adolescentes de la mayoría de los países
en desarrollo ocurre dentro del matrimonio. Las jovencitas
que se casan antes de los 18 años tienen un bajo
logro educativo, poca capacidad de generar ingresos y
pocas oportunidades de movilidad social. En algunos
entornos, se ha observado que las jovencitas casadas
presentan tasas más altas de infección por el VIH, que
otras jovencitas sexualmente activas que no se han
casado1.
En todas las regiones hay países con áreas donde el
matrimonio a edad temprana es común, pero esto se ve
en forma más marcada en Asia Meridional y en África
Occidental. En Bangladesh, India, Malí y Nepal, al menos
la mitad de todas las mujeres que actualmente tienen
entre 20 y 24 años se casaron a los 18 años, según los
datos de la Encuesta Demográfica y de Salud (EDS). En
ciertas regiones de Bangladesh, Etiopía, India y Nigeria,
al menos el 40 por ciento de estas mujeres se casaron
antes de los 15 años. Si los patrones actuales continúan
durante la próxima década, más de 100 millones de
jovencitas se habrán casado antes de los 18 años
(tomando en cuenta la edad legal mínima para casarse
en la mayoría de los países), según un análisis del
Population Council basado en datos de países de las
Naciones Unidas. El matrimonio temprano entre jovencitos
es mucho menos común.
Los administradores de políticas y programas trabajan
en dos formas primordiales para abordar las desventajas
que enfrentan las jovencitas que se casan a edad temprana:
apoyando el matrimonio a una edad más avanzada
y respondiendo a las necesidades de las jovencitas
casadas. En este artículo, el término “jovencitas” se refiere
a las todas las mujeres menores de 18 años.
Riesgos del matrimonio a edad temprana
Cuando las jovencitas se casan a edad temprana, esto
con frecuencia se debe a la pobreza, presiones por los
bienes dotales, preocupaciones de los padres acerca del
sexo y el embarazo prematrimonial, o a otras razones de
índole económica o cultural. Para muchas, el matrimonio
marca el inicio de su vida sexual y un mayor aislamiento
social, ya que las jovencitas usualmente se van de sus
hogares y pueblos natales, perdiendo el contacto con sus
amigas y compañeras. Los datos existentes no pueden
mostrar claramente los vínculos causales que existen
entre el matrimonio temprano, la pobreza, el bajo logro
educativo y otros indicadores sociales que son probablemente
multidireccionales. Sin embargo, en algunos estudios
se ha encontrado que las jovencitas casadas tienen
muchas desventajas relacionadas con las esferas de la
salud, social y económica, obstaculizando la capacidad
para negociar su vida reproductiva y en un sentido más
amplio, incluyendo las necesidades de sus hijos.
Para muchas jovencitas el matrimonio es el inicio de
la actividad sexual frecuente y sin protección.
Cuanto más joven sea la novia, será más probable
que sea virgen. La frecuencia de las relaciones
sexuales entre las jovencitas casadas es mucho más
alta que entre las jovencitas solteras pero activas
sexualmente. El análisis de los datos de las EDS
muestra que en 27 de 29 países, más de la mitad
de la actividad sexual reciente sin protección, ocurre
dentro del matrimonio2.
Es probable que las jovencitas casadas, bajo la presión
de quedar embarazadas, enfrenten riesgos en
el momento del parto. Los primeros nacimientos
conllevan riesgos especiales tanto para la madre
como para su hijo/a, y el 90 por ciento de los primeros
nacimientos que ocurren antes de los 18 años se
dan dentro del matrimonio, según un análisis de los
datos de las EDS realizado por el Population

Council. Las madres primerizas menores de 16
años, se encuentran en mayor riesgo de mortalidad
materno-infantil3.
Las jovencitas casadas enfrentan riesgos distintos y
en algunos entornos considerables de adquirir el
VIH. Las novias jovencitas tienen relaciones sexuales
con frecuencia y sin protección, a menudo con un
compañero mayor. Cuanto más joven sea la novia,
mayor será la brecha de edad con su esposo. Los
hombres mayores tienen más probabilidades de ser
experimentados sexualmente y por lo tanto pueden
correr un alto riesgo de estar contagiados con el
VIH. En estudios realizados en Kisumu, Kenia y
Ndola, Zambia, se utilizaron marcadores biológicos y
se encontró que las tasas de infección por el VIH
eran más elevadas entre las jovencitas casadas que
tenían de 15 a 19 años, en comparación con las
jovencitas sexualmente activas de la misma edad
que no se habían casado (33 por ciento comparado
con un 22 por ciento en Kenia, y 27 por ciento comparado
con 16 por ciento en Zambia)4.
Las jovencitas casadas tienen un bajo logro educativo
y pocas oportunidades de recibir educación. En
las diferentes regiones, el porcentaje de jovencitas
casadas a los 18 años disminuye conforme aumenta
el número de años de educación que han recibido5.
Las jovencitas casadas raras veces asisten a los
centros educativos.
Las jovencitas casadas tienen menos poder económico
y menos poder en su grupo familiar que las
mujeres casadas. Análisis realizados por el
Population Council basados en datos de Egipto y
Kenia, y de un estudio realizado en India, indican
que las jovencitas casadas tienen menos poder en
la toma de decisiones que las mujeres casadas, que
a menudo viven con poca autoridad bajo la supervisión
de sus nuevas suegras6.
Las jovencitas casadas tienen menos movilidad que
sus contrapartes solteras o las mujeres casadas. En
análisis de datos de proyectos del Population
Council en India y Kenia, y un estudio en Bangladesh,
se encontraron diferencias significativas en la movilidad
de las jovencitas casadas, midiendo la frecuencia
con que ellas iban a lugares como los
puestos de te, a otro vecindario o restaurante, al
banco o al correo7.
Las jovencitas casadas se ven menos expuestas a
los medios de comunicación modernos. Estudios
realizados en Bangladesh, Etiopía y Nepal, así como
el análisis de datos de Kenia, muestran que en
general, las jovencitas casadas tienen menos exposición
a los medios de comunicación que las jovencitas
solteras o las que se casan a una edad más
avanzada8. Cada vez más, los medios de comunicación
modernos constituyen formas de brindar información
sobre salud reproductiva y la prevención del
VIH, de aumentar el contacto social con el mundo,
intercambiar comunicaciones interpersonales sobre
el VIH/SIDA, y en algunos casos, cambiar las normas
sociales9.
Las jovencitas casadas tienen redes sociales limitadas.
En el estudio realizado en Bangladesh y el análisis
de datos de India se encontró que las
jovencitas casadas, que con frecuencia se van a vivir
a las comunidades de sus esposos, tienen mucho
menos probabilidades de tener redes de amigos/as
y el poder de toma de decisiones y espacios en los
cuales pueden reunirse con amigos/as y otras compañeras
de su edad, que las que no se han casado10.
Las jovencitas casadas pueden presentar un mayor
riesgo de sufrir violencia de género en algunos
entornos. En un análisis de los datos de las EDS de
nueve países se encontró que, controlando otras
características, en casi la mitad de los países
(Egipto, Haití, India y Nicaragua), casarse a una
edad temprana aumentó significativamente el riesgo
de una jovencita o mujer de experimentar la violencia
alguna vez11.
Postergar la edad para casarse
Para ayudar a reducir el matrimonio a edad temprana,
los programas pueden fomentar políticas y normas que
apoyen el matrimonio a edades más avanzadas y ofrecer
servicios, recursos y alternativas a las familias para postergar
el matrimonio.
Garantizar la asistencia de las jovencitas a los centros
educativos, aunque no sea al grado apropiado para su
edad, contribuye a proteger su salud reproductiva,
fomentando la postergación del matrimonio, el inicio de
la actividad sexual y, entre las que son activas sexualmente,
fomentando el uso de anticonceptivos y el condón.
Programas específicos de escala considerable,
como los de Bangladesh y México, han logrado mejorar
los resultados de la educación para las jovencitas12.
Ofrecer oportunidades económicas también puede contribuir
a postergar la edad para casarse. La participación
de las jovencitas que no se han casado en trabajos
remunerados en fábricas donde se confeccionan
prendas de vestir en Bangladesh, aumentó la edad



promedio del matrimonio, tanto entre las jovencitas que
estaban trabajando como en las que no trabajaban y
que vivían en las comunidades de origen de las que sí
trabajaban13.
En un proyecto de cinco años realizado en Nepal, se
encontró que la participación de la comunidad en los
esfuerzos para mejorar las oportunidades para las
jovencitas que no se habían casado, contribuyó a cambiar
las actitudes tradicionales acerca del matrimonio
a edad temprana entre los padres y las comunidades.
Mediante el proyecto se brindó información y servicios
para adolescentes mediante educación entre pares,
clubes juveniles, obras teatrales callejeras y talleres
para el desarrollo de destrezas14.
Otros métodos para postergar el matrimonio incluyen la
formulación de políticas significativas con respecto al
registro de los matrimonios y hacer cumplir las leyes que
tienen que ver con la edad mínima para casarse. Una
tarea relacionada consiste en trabajar con líderes religiosos,
padres y otros que forjan las normas de la comunidad,
para desalentar el matrimonio antes de la edad
mínima legal.
Brindar apoyo a las jovencitas casadas
Para aquellas que se casan a una edad temprana, los
formuladores de políticas y los administradores de programas
deben ayudarles a abrir nuevas oportunidades
educativas, ampliar las redes sociales, forjar bienes económicos,
mejorar su poder de negociación y brindarles
información y servicios en salud reproductiva y la prevención
del VIH y, si es el caso, también a sus compañeros.
Es necesario implementar estrategias específicas para
ayudar a las jovencitas a hacer la transición al matrimonio
con toda la seguridad posible. Por ejemplo, un programa
que se implementa en la parte occidental de
Kenia hace conciencia sobre los riesgos del VIH asociados
con el matrimonio a edad temprana, estableciendo
clubes para jovencitas casadas y promoviendo el uso de
servicios de asesoramiento y pruebas voluntarias entre
aquellas parejas recién casadas o que están considerando
casarse.
Es importante implementar estrategias en salud para
postergar el primer nacimiento, apoyar a las madres primerizas
y prevenir la transmisión del VIH y otras infecciones
de transmisión sexual (ITS). Los programas
deben tomar en cuenta la movilidad limitada de las
jovencitas casadas con el fin de diseñar medios socialmente
aceptables para proveer la información, vínculos
sociales y servicios requeridos.
El Proyecto First-Time Parents en India, es un modelo.
Mediante visitas a los hogares, brinda información
sobre el espaciamiento de los nacimientos, el parto
seguro, la atención posparto y la comunicación con el
compañero, a jovencitas casadas y sus esposos. Para
mejorar los vínculos de las jovencitas casadas con sus
otras que no son de su grupo familiar y mentores y su
capacidad de actuar por sí mismas, el proyecto organiza
a las jovencitas que se casaron y quedaron embarazadas
recientemente, o que están atravesando por el
período de posparto por primera vez, en grupos que
participan en varias actividades de tipo social y económico15.
Se cree que el empoderamiento es bueno por sí
mismo, pero que también es necesario hacer esfuerzos
para que estas jovencitas se beneficien plenamente de
las intervenciones en salud.
Otro proyecto en India ofrece un paquete integrado de
información en salud reproductiva, referencias clínicas y
servicios y asesoramiento asociado. En un análisis preliminar
del proyecto se encontró que hubo un aumento
de entre 10 y 25 por ciento entre las participantes con
respecto al conocimiento en salud reproductiva y temas
sexuales, así como más comunicación entre la pareja y
un aumento en la proporción de jovencitas casadas que
procuraban recibir tratamiento para las ITS16.
En Nepal, se realizó un proyecto en el que se compararon
modelos de intervención con grupos control, incluyendo
un grupo de mujeres casadas menores de 25
años. En este proyecto se encontró que las intervenciones
basadas en la comunicación, incluyendo ferias de
salud, programas de entrevistas y actividades educativas
para esposos, resultó en aumentos pronunciados
en las prácticas seguras de maternidad en las mujeres
jóvenes17. También se observaron incrementos en otras
mediciones, como en el conocimiento de los anticonceptivos
y la forma de utilizarlos, pero no en forma tan
significativa.
En Nigeria, Adolescent Health and Information Projects
trabaja para que las adolescentes casadas y divorciadas
aprendan destrezas para generar ingresos y para
brindarles información sobre salud. Su proyecto opera
basado en el principio de que mayores alternativas económicas
pueden contribuir a mejorar las intervenciones
en el campo de la salud reproductiva.
Otros tipos de programas también pueden estar dirigidos
a jovencitas casadas. Es necesario implementar programas
y políticas para promover que las jovencitas casadas
continúen estudiando o que regresen a los centros
educativos. Dado el fuerte papel que juegan los esposos,
las madres políticas y otros filtrando la información

y el apoyo, y puesto que las jovencitas casadas con frecuencia
no cuentan con acceso inmediato a los principales
medios de información, es posible que los
mensajes de esos medios estén diseñados estratégicamente
para los padres, esposos, padres políticos y otros
guardianes. Algunos gobiernos utilizan sistemas de
registro de matrimonios para brindar a la gente joven
información sobre salud reproductiva y para visitar a las
parejas jóvenes que han tenido un hijo recientemente18.
Millones de jovencitas alrededor del mundo ven su
infancia interrumpida y sus oportunidades sociales,
educativas y económicas limitadas cuando se casan
antes de los 18 años, a menudo con un extraño y sin
haber opinado ni dado su consentimiento. Se
enfrentan con aislamiento social, sexo no deseado y
riesgos potenciales para su salud. Los líderes del
sector público y privado y los encargados de los programas,
deben trabajar conjuntamente para postergar
la edad para contraer matrimono y apoyar a las
jovencitas casadas.

SEXO A TEMPRANA EDAD

Los estudiantes mayores de la primaria tienen más probilidad de hacer cambios en su actitud acerca de si esperan para tener relaciones sexuales que los estudiantes de la secundaria quienes demuestran menos probabilidades de cambiar su manera de pensar. En otras palabras, mientras más temprano en la adolescencia hablemos con nuestros hijos acerca de las ventajas de esperar hasta el matrimonio, mejor es.
Como la educación sexual de sus hijos puede y creemos que debe empezar en los grados superiores de la primaria (de 9 a 10 años en adelante) y que pueden recibir el mensaje del "sexo con seguridad", es de vital importancia que usted provee la información que usted sabe que está apoyada en principios bíblicos, y así formará los valores sexuales de ellos de una manera p
Los programas que abordan la salud reproductiva de las
adolescentes y la prevención del VIH se han concentrado
principalmente en las jóvenes solteras. Sin embargo, la
mayor parte de la actividad sexual reciente sin protección
entre las adolescentes de la mayoría de los países
en desarrollo ocurre dentro del matrimonio. Las jovencitas
que se casan antes de los 18 años tienen un bajo
logro educativo, poca capacidad de generar ingresos y
pocas oportunidades de movilidad social. En algunos
entornos, se ha observado que las jovencitas casadas
presentan tasas más altas de infección por el VIH, que
otras jovencitas sexualmente activas que no se han
casado1.
En todas las regiones hay países con áreas donde el
matrimonio a edad temprana es común, pero esto se ve
en forma más marcada en Asia Meridional y en África
Occidental. En Bangladesh, India, Malí y Nepal, al menos
la mitad de todas las mujeres que actualmente tienen
entre 20 y 24 años se casaron a los 18 años, según los
datos de la Encuesta Demográfica y de Salud (EDS). En
ciertas regiones de Bangladesh, Etiopía, India y Nigeria,
al menos el 40 por ciento de estas mujeres se casaron
antes de los 15 años. Si los patrones actuales continúan
durante la próxima década, más de 100 millones de
jovencitas se habrán casado antes de los 18 años
(tomando en cuenta la edad legal mínima para casarse
en la mayoría de los países), según un análisis del
Population Council basado en datos de países de las
Naciones Unidas. El matrimonio temprano entre jovencitos
es mucho menos común.
Los administradores de políticas y programas trabajan
en dos formas primordiales para abordar las desventajas
que enfrentan las jovencitas que se casan a edad temprana:
apoyando el matrimonio a una edad más avanzada
y respondiendo a las necesidades de las jovencitas
casadas. En este artículo, el término “jovencitas” se refiere
a las todas las mujeres menores de 18 años.
Riesgos del matrimonio a edad temprana
Cuando las jovencitas se casan a edad temprana, esto
con frecuencia se debe a la pobreza, presiones por los
bienes dotales, preocupaciones de los padres acerca del
sexo y el embarazo prematrimonial, o a otras razones de
índole económica o cultural. Para muchas, el matrimonio
marca el inicio de su vida sexual y un mayor aislamiento
social, ya que las jovencitas usualmente se van de sus
hogares y pueblos natales, perdiendo el contacto con sus
amigas y compañeras. Los datos existentes no pueden
mostrar claramente los vínculos causales que existen
entre el matrimonio temprano, la pobreza, el bajo logro
educativo y otros indicadores sociales que son probablemente
multidireccionales. Sin embargo, en algunos estudios
se ha encontrado que las jovencitas casadas tienen
muchas desventajas relacionadas con las esferas de la
salud, social y económica, obstaculizando la capacidad
para negociar su vida reproductiva y en un sentido más
amplio, incluyendo las necesidades de sus hijos.
Para muchas jovencitas el matrimonio es el inicio de
la actividad sexual frecuente y sin protección.
Cuanto más joven sea la novia, será más probable
que sea virgen. La frecuencia de las relaciones
sexuales entre las jovencitas casadas es mucho más
alta que entre las jovencitas solteras pero activas
sexualmente. El análisis de los datos de las EDS
muestra que en 27 de 29 países, más de la mitad
de la actividad sexual reciente sin protección, ocurre
dentro del matrimonio2.
Es probable que las jovencitas casadas, bajo la presión
de quedar embarazadas, enfrenten riesgos en
el momento del parto. Los primeros nacimientos
conllevan riesgos especiales tanto para la madre
como para su hijo/a, y el 90 por ciento de los primeros
nacimientos que ocurren antes de los 18 años se
dan dentro del matrimonio, según un análisis de los
datos de las EDS realizado por el Populationositiva... ¡antes de que sean otros quienes les enseñen valores errados

La edad entre los 10 y 14 años es muy importante, no solo por los cambios que experimenta el cuerpo, sino también por la adquisición de la capacidad de procrear y la posibilidad de iniciar relaciones sexuales. Es evidente que la mayoría de los jóvenes no recibió suficiente información para entender lo que les está pasando. Si el adolescente no es responsable sexualmente, es probable que tampoco sea responsable de los estudios, de sus opiniones, de sus conflictos con los demás. Adquirir responsabilidades requiere un lento y adecuado aprendizaje. La “educación sexual” es parte de otras educaciones inculcadas desde la niñez. La actitud correcta sería preparar al adolescente desde el vamos para que pueda decidir por sí mismo, brindarle seguridad, apoyo y toda la información adecuada en el momento adecuado.


Las mujeres que inician su vida sexual en edades muy tempranas, cuando sus órganos reproductivos aún no han completado su pleno desarrollo, se encuentran ubicadas entre la población de riesgo para desarrollar cáncer de cuello uterino, sostuvo el Dr. Marco Sánchez Salcedo, cirujano oncólogo del Departamento de Ginecología del Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas (INEN). El galeno refirió que, según los estudios epidemiológicos, uno de los factores de riesgo que contribuye a padecer dicha enfermedad es el inicio de las relaciones sexuales antes de los 18 años aproximadamente, lo que últimamente es un hecho frecuente en nuestro país. Cuando una joven inicia sus relaciones sexuales está expuesta no solo a un evento psicológico sino que también está expuesta a diversas enfermedades de transmisión sexual, que en la mayoría de los casos son originados por la falta de información sobre los métodos de protección correspondientes. Asimismo, se pueden presentar infecciones vaginales que cuando ascienden hacia la cavidad uterina y luego a las trompas de Falopio pueden provocar problemas de fertilidad si no son tratadas a tiempo. "Las mujeres de esta edad no acuden al médico por vergüenza y la detección se hace en forma tardía", advirtió. "Tener relaciones sexuales en edad precoz también tiene relación con el cáncer de cuello uterino debido a la transmisión del Papiloma Virus Humano (PVH) que sumado a otros factores de riesgo como el tabaco, el alcohol y las diversas parejas, podrían desarrollar una neoplasia maligna al cabo de una década, aproximadamente", dijo el médico. Recomendó que toda mujer sexualmente activa deba someterse a exámenes de detección a partir del tiempo en que inicia las relaciones sexuales. Desde el punto de vista médico, la edad reproductiva ideal puede ser a partir de los 21 años de edad, cuando la mujer ha madurado biológica, social y psicológicamente. Además porque todos sus órganos deben estar en sus respectivos lugares
Sexo con Adolescentes
Luego de ver el bolondrón que se ha armado en mi país a propósito de la ley para bajar la edad de l@s adolescentes con quien un mayor de esad pudiera tener sexo no deseé dejar de decir que me parece algo como para darles a nuestros legisladores con un mazo en la cabeza. Me recuerda en algo, aunque e otra dimensión, a cuando salió esa ley en Reino Unido para bajar la edad límite de tomar alcohol.¿No hay cosas más prioritarias que debatir en el Congreso?Es cierto que a la hora de la hora quien quiere tener sexo lo hace sea lícito o no, así después estén con cara de muerto pensando en las causas del retraso menstrual y todo el rollo que conocen de sobra. Todo el mundo repite incansablemente que los adolescentes no tienen ni cuerpo ni mente con la madurez suficiente y un montón de razones para estar en contra (¿qué rayos hace un viejo teniendo sexo con una chica de 14? ¡qué abuso!). ¿Pero digo acaso no podría alguien valerse de leyes como ésta para maquillar violaciones? Muchas veces a cambio de dinero la gente muy pobre calla, sobretodo si el agresor es poderoso.Es cierto que los legisladores dicen que para nada se apañará estas cosas pero igual me parece hay sesgo.